domingo, 19 de abril de 2015

¿Autoestima? ¿Dónde estás?

¿Sabéis esos días en los que por mucho que te esfuerces estás, literalmente, PLOFF? Todos los tenemos, unos más otros menos, pero absolutamente todos los seres humanos de este planeta tienen estos días. Yo soy de esas personas a las que cuando están de capa caída les da por pensar... Pienso en lo afortunada que soy por la familia que tengo, pienso que tengo unas amigas geniales con las que mi vida es, sencillamente, MÁS, a lo mejor vosotros no lo entendéis y no os culpo, no todo el mundo tiene la suerte que yo tengo de haber conocido una amistad que supera los límites, una amistad como jamás pude imaginar, una amistad tan especial que, sin darte cuenta, hablar de familia conlleva hablar de amistad y es que hay momentos en los que me planteo si no seremos unas trillizas a las que separaron al nacer... Os quiero pequeñas. 

Bueno... Que me desvío... En estos días, me planteo, también, cosas duras, me auto-analizo y no siempre me gusta lo que encuentro entre mis pensamientos...

Hoy, por ejemplo, me he planteado si de verdad he superado mi última relación... No os asustéis, por supuesto que la he superado, hace mucho que lo he hecho. Creo que superé aquello en el momento en el que se acabó. Siendo francos.... No lloré tanto como se debería llorar a una persona que de verdad merece la pena (me sorprendió hasta a mi), bastó con una visita de mis amigas y una tarrina de helado de chocolate para superarlo. 

Sí, lloré algunos días más, escribí una despedida, estuve vigilando sus fotos de perfil un tiempo, también su estado en whats app, me emocionaron las palabras de su madre  cuando me escribió una especie de despedida por whats app. 

Pensé en él mucho tiempo después de aquella tarrina de chocolate. Pero me di cuenta de que no tenía sentido, no tenía sentido porque no pensaba en él echándole de menos, sino echando de menos la sensación de sentirme querida. Pero, ¿qué sentido tenía aquello?. Si había acabado de aquella manera realmente ni si quiera me había querido y como consecuencia aquella sensación de sentirme querida era falsa. Miraba sus fotos de perfil esperando que no encontrara a nadie más, que no fuera feliz... ¿Egoísta? Tal vez, pero a quién le gusta ver que su ex rehace su vida antes que tu, a NADIE... 

Finalmente, y después de algunas semanas, me di cuenta de que lo que estaba haciendo era sentir pena de mi misma. Me daba igual que aquello se hubiese acabado. ¿Qué me dolió? ¿Qué me acojone? Pues sí, en su momento si, pero después escogí el camino fácil y aquel camino fue desistir, decidir que no volvería a enamorarme en una temporada, estar triste o darme pena a mi misma... Pero un día abrí su foto de perfil, lo miré bien y me dio vergüenza... Vergüenza de estar haciendo el tonto, porque se acabó y lo fácil era cerrarme en banda. Vergüenza porque al mirarle me dio asco (lo se es cruel, pero me dio asco haberme acostado con aquel chico). 

Y... ¡EUREKA!

Se me encendió la bombilla, decidí dejar de darme lástima a mi misma y tomé las riendas de mi vida. Empecé por apuntarme al gimnasio, me corté el pelo y poco a poco comencé a quererme a mi misma de nuevo (hasta decidí que era momento de empezar a maquillarme). Estaba eufórica, me sentía con tanta vitalidad, me miraba al espejo y me empezaba a gustar lo que veía. Y justo en ese momento, mira tu por donde, que el susodicho te manifiesta su gran dolor por haberte dejado y te declara amor eterno. ¿Pues sabes qué? ¡Que me das pena chaval, me das pena porque en tu vida vas a tener a una chica como yo!. Pero lo siento mucho, tu eres pasado y tu dolor ya no tiene sentido porque no hay nada que perdonar, te olvidé. Sí, lo hice hace mucho. BYE, BYE. 

Joder, en ese momento me di cuenta de que hacía mucho que no era tan feliz. Me propuse disfrutar la vida, reír con mis amigas hasta tener agujetas, disfrutar cada segundo con mi familia, querer solo a quienes de verdad merecían mi amor.

No derrocharía ni un solo rincón de mi corazón con otro chico que no valiera la pena, me juré. 

Y aquí, el motivo del día tonto de hoy.... Sí, ahora lo entenderéis...

Resulta que me dije, chica sube el listón. Y lo he hecho, subirlo no es problema. Ya me gustaban los chicos atractivos desde antes... Pero te fijas en uno, te fijas en otro, te miras al espejo y te sientes tan poca cosa. Que mierda, piensas. Esa clase de chicos no se fijarían en mi en su puñetera vida. 

Sí, vale, he bajado unos kilos, estoy más contenta con mi aspecto, me veo más guapa... Pero no lo suficiente como para lanzarme con esos chicos, parece que ellos jugaran en primera y tu ni si quiera jugaras en tercera. Parecen puñeteros dioses griegos y tu te miras al espejo y piensas chica como mucho una menina mal pintada... 

En ese momento comprendes por qué, por qué bajaste el listón. Porque tu autoestima pudo contigo y te hizo convencerte de que tenías que aceptar que solo le gustabas a chicos de aquel “nivel”. Luego que no me extrañe que al mirar atrás me cague de miedo de lo feo que son mis antiguos amantes. Gilipollas, es poco. 

¡A ver, yujuuu! ¿Tu estás tonta? Me pregunto. ¡Pues sí! ¿No se supone qué a tu chico le tienes que gustar tal como eres? Pues ya está, chica o nos queremos a nosotras mismas o nadie va a querernos. Fácil decirlo, pero ponerlo en práctica es complicado...

El caso, es que yo quiero creer que puedo gustarle a ese antiguo compañero de instituto que ahora está como un tren, a ese camarero que fuma en tu portal, a ese chico que imprime tus apuntes, a ese enfermero que te sonríe cada día en el quirófano, a ese profesor particular... Pero soy incapaz de creerlo, soy incapaz de creerlo porque no me quiero lo suficiente y eso es un gran problema, porque entonces nunca me lanzaré... Y que no nos engañen las películas, hoy en día nos tenemos que lanzar porque el amor no viene a tocarnos en la puerta...

Y en este preciso instante, me pregunto: ¿Dónde coño estás autoestima? ¿Dónde te metes confianza? No están, no salen a flote. Y querida, las necesitas... Las necesitas más que nunca, has subido el listón y no estás dispuesta a bajarlo, eso está claro.

No me voy a rendir, puede que me cueste encontraros. Pero no voy a desistir... YO PUEDO. 




jueves, 30 de octubre de 2014

Defectos


Defectos, todos los tenemos, unos más otros menos, unos los reconocemos otros no. Pero si algo he comprendido es que son los defectos lo que en parte nos diferencian de los demás, lo que nos hace inconfundibles y sin duda son esa sal que le damos a nuestra personalidad de forma natural, para que la gente, simplemente, nos odie o por el contrario nos adore. 

Cuando conoces a una persona, por lo general, ves lo positivo por lo que esta está envuelta pero cuando transcurre el tiempo y conoces a esa persona más a fondo comienzas a descubrir sus defectos, pues cuando estamos cómodos con alguien dejamos de intentar ser perfectos y nos quitamos la coraza siendo realmente nosotros. En definitiva, somos como un regalo, cuando no lo has abierto el papel parece tan bonito que piensas que lo que habrá dentro será genial, pero a veces nos decepcionamos al abrirlo y ver que lo que hay dentro no nos gusta tanto como el envoltorio. 

Lo curioso de los defectos es que, aunque la mayoría de las veces producen esa reacción de rechazo, hay personas que se enganchan a tus defectos tanto como a tus virtudes, comprenden que tal vez si no tuvieses esa forma de ser no serías la persona que has conformado a lo largo de los años. Es por esto por lo que tu familia, tus verdaderos amigos e incluso tus parejas al final te quieren tal y como eres.

No podríamos imaginar a nuestros padres sin su manera de llevarnos la contraria siempre, no podríamos imaginar a nuestras mejores amigas sin sus “momentos cabezotas“, ni tan si quiera podríamos imaginar el tener una pareja sin defectos. Como ellos jamás podrán imaginarte a ti sin tus locuras, sin que seas tan vaga o, simplemente, sin ser como eres.

Somos lo que somos gracias a los defectos puesto que las virtudes se pueden adquirir con el tiempo, pero los defectos los traemos de serie. Los defectos conforman nuestra personalidad y nuestra verdadera forma de ser. Gracias a ellos no hay dos personas iguales en el mundo, son la huella dactilar de la personalidad.

Solo aquellos que realmente nos aprecian entienden nuestros defectos sin llegarles a molestar, los ven como una virtud más de las muchas otras que podemos poseer.

Por esto: “Quien me quiera querer que lo haga con mis defectos”

jueves, 3 de julio de 2014

Hasta siempre

Llega  un momento en tu vida en el que conoces a un chico te enamoras y piensas si... este es para toda la vida, pero el tiempo pasa y descubres que nada es como antes y se acaba. Lo pasas mal pero te recompones rápido por el simple hecho de que ya lo veías venir, además tus amigos te apoyan y te brindan su hombro para llorar... 

Tras un tiempo te vuelves a enamorar y vas con más cautela, anteriormente lo pasaste mal y no quieres que se repita, ¿Pero frente al amor quien puede mantener la cautela?

Pasan los días y tu crees estar viviendo un sueño, esa persona te da todo aquello que buscas en un hombre y vuelves a pensar: “este si que si, va a ser mi segundo y último novio porque pienso estar con el toda mi vida”. Transcurren años y todo es perfecto, os compenetráis muy bien tanto en la vida, como en la cama, así que todo parece ir sobre ruedas...

De repente, un día cualquiera, llega esa persona y te dice que tiene dudas, que quiere dejarlo o tal vez un tiempo... y a ti solo te entra vértigo, te pitan los oídos y se te nubla la vista, ni siquiera eres capaz de llorar y no sabes en absoluto que decir, te sientas, piensas y te derrumbas porque no entiendes nada y es en ese preciso instante cuando brotan de tus ojos las lágrimas más amargas que jamas habías llorado.

Le buscas con la mirada pensando que al encontrarle verás a aquel que se supone lleva a cabo el papel de fuerte y cuando tus ojos se encuentran con los suyos descubres que llora desconsoladamente, al ver eso aún entiendes menos... pero verle así te entristece así que decides tomar tu las riendas dejar las lagrimas de un lado y ser la persona adulta.  Tras una hora llorando amargamente e intentando que el hombre de tu vida se anime un poco descubres que solo él tiene la respuesta y que por alguna extraña razón ni él sabe que hacer. 

Es en este mismo instante cuando a ti te toca hacer la siguiente pregunta: ¿Lo dejamos o prefieres un tiempo? Aún sabiendo que al fin y al cabo una cosa u otra es exactamente lo mismo, pero cuando quieres a una persona supongo que quieres aferrarte al último clavo ardiendo que queda sobre la faz de la tierra. 

Así que decidís daros un tiempo y toca el terrible momento de la despedida, os abrazáis como nunca antes os habíais abrazado y se nota que ninguno quiere dejar marchar al otro pero tras algunos besos en la mejilla y algunas frases del estilo de: “te voy a echar de menos”, “sonríe porque siempre estas más guapa cuando lo haces” y “pase lo que pase no desaparezcas de mi vida”, llega el momento de que se vaya y tras una última mirada a los ojos cierra la puerta tras él y se marcha. 

Es en ese preciso momento es cuando tu te das cuenta de lo que acaba de pasar y lloras descontroladamente sin ningún tipo de consuelo... Y ahora empezarán a surgir mil preguntas: ¿Habrá otra? ¿Será mi culpa? ¿Me echará de menos? ¿Me seguirá queriendo?.

Y a medida que va pasando el tiempo comprendes que no puedes retener a tu lado a alguien que no quiera estarlo, que nos caemos para levantarnos y que en algún momento volverás a sonreír gracias a alguien que te quiera, sea él u otro. Pero a pesar de saber todo esto, el amor duele y cuando se acaba se va con él una parte de ti, comienzas a valorar cosas que antes no tenían importancia como esas cosquillas que te hacía después de hacer el amor, ese buenos días princesa que nunca faltaban, esa extraña manía que tenía de morderte los dedos, que por ridículo que sonara te llamara "amomo",  lo mucho que le gustaba dormir en tu lado de la cama, acurrucado a ti, a pesar de que sobraran dos metros por el otro lado, su incapacidad para darse cuenta de que la casa estaba llena del humo de sus cigarros...

Todas estas cosas no las valoras porque crees que las vas a tener para siempre, pero cuando todo acaba las echas tanto de menos que no puedes ni dormir, ni comer, ni reír...

Ahora es momento de asimilar y de entender, pero ¿y si es verdad?, ¿y si el no sabe como llego esa situación?, ¿y si tan si quiera él puede explicártelo?. Pues si es así no te queda más que darle tiempo al tiempo, darle el tiempo que tu corazón te permita darle y esperar que si definitivamente todo acaba, al menos puedas tenerle a tu lado, porque él amor que sientes hacia él no se borrará nunca, porque sabes que siempre le vas a querer aunque sea de otra manera. 


P.D: Han sido dos años maravillosos, llenos de momentos preciosos... Nadie ha sabido hacerme tan feliz como tu lo has hecho, me has ayudado a comprender que la vida son dos días y que mejor que sean dos días llenos de alegría... Supiste sacar de mi lo mejor, e hiciste de mis inseguridades puntos fuertes. Sencillamente han sido los mejores años de mi vida, me has hecho inmensamente feliz y aún no soy consciente de que esto se haya acabado... 

Muchas gracias por tu apoyo incondicional y por haberme querido tanto. Te quiero mucho y siempre te querré. 


“Olvidame tú 
que yo no puedo 
dejar de quererte 
por mucho que lo intente
no puedo
olvidame tú...”

viernes, 2 de mayo de 2014

Agradecimientos II


En la entrada anterior os comentaba que no podría vivir lejos de los míos sin él, pero también dije que no podría irme de aquí teniendo a personas que ya forman parte de mi familia y no solo me refería a él, me refiero a mis pequeñas madrileñas... ¿Qué sería de mi sin ellas?

Ellas son un par de locas, de lo que creo ser la culpable ya que tal vez les haya contagiado una gran dosis de mi locura... Una rubia la otra morena, una tímida la otra algo más extrovertida, una de ojos claros la otra de ojos oscuros, pero ambas de alma transparente son las personas más sinceras que me he encontrado en mi camino a lo largo de mi vida y son amigas de las de VERDAD.

Nuestra amistad no empezó a la vez... Ellas ya tenían una amistad antes de que yo las conociese. La suya es una amistad ya de muchos años de duración, una amistad ejemplar. Por lo que se, desde que empezó su amistad siempre han estado juntas tanto en buenos como en malos momentos, las ves mirarse a los ojos y comprendes que las une una amistad muy consolidada, que ya tienen esa “telepatía” que dan los años de amistad y que no serían capaces de vivir la una sin la otra. 

Yo llegué a sus vidas de casualidad, casi de rebote, tuvimos la suerte de estar la tres en la misma comunidad, en la misma universidad, en el mismo grado, en la misma clase y justo en el mismo momento de nuestras vidas. Parece todo un juego del destino, aunque siendo francos por errores que comete una en la vida al principio no teníamos la amistad que nos une ahora, pero tras varias decepciones por parte de otras personas y tras varias conversaciones me di cuenta de que a partir de aquél momento no podría volver a vivir sin ellas. 

Tuve la suerte de que a pesar de que ellas tuvieran una gran amistad desde hacía años, sin pensarlo dos veces, me acogieran con los brazos abiertos y me brindaran la mejor de las amistades que yo he podido llegar a tener, una amistad que tengo claro que será para siempre.

Hoy por hoy esa amistad que ha ido creciendo poco a poco durante dos años ya, es la que me hace vivir aquí con más ganas, porque mis hermanas madrileñas siempre se preocupan por mi, me animan y me apoyan cuando lo necesito,  también me alimentan y si fuese por ellas cuando estoy malita hasta me llevaban al médico, lástima que vivamos un poco distanciadas, aunque esta no es excusa para nosotras porque siempre que podemos sacamos un hueco para pasarlo en grande las tres juntas. 

¿Cuantas noches habré pasado ya en vela junto a ellas? La respuesta es muchas, porque cuando estamos juntas queremos aprovechar tanto el tiempo que ni dormimos, pasamos la noche entre pelis, conguitos y curiosas conversaciones aunque a altas horas de la madrugada el sueño va luchando para que nos durmamos pero en pocas ocasiones gana la batalla. 

Porque solo nosotras nos vestimos de carnaval aunque esté lloviendo y caminamos sin rumbo pasando frío en busca de este y cuando lo encontramos vemos el desfile y nos volvemos a casa, nos quitamos el disfraz, nos vestimos de nuevo de chicas decentes y nos vamos a cenar y luego a tomarnos un rico, aunque enorme, volcán y un empalagoso coco. 

A su lado es imposible no reír son la sal y el azúcar de mi vida, estemos juntas o simplemente hablando por whats app las risas están aseguradas y cuando nos toca cumplir con otras amistades y quedar con otras personas nos fastidia mucho, porque solo nosotras entendemos nuestro buen rollito. Yo no tengo aún tan desarrollada la “telepatía” como ellas pero ellas creen que progreso adecuadamente, al parecer poco a poco voy entrando en onda.

Aunque me conozcan desde hace relativamente poco saben perfectamente cuando estoy mal y cuando estoy bien, porque aunque sea poco lo que llevamos juntas este último año ha sido muy intenso y para mi es como si ya las conociese de toda una vida.

No hay palabras para describir lo mucho que las quiero, ni para agradecerles todo lo que han hecho por mi. Este par de chicas son sencillamente geniales, para mi son dos miembros más de mi familia a los que si estoy sin ver mucho tiempo ya echo de menos, bueno la verdad es que tampoco hace falta que pase mucho tiempo para echarlas de menos, con un par de horas ya suficiente para querer verlas de nuevo...

Chicas se que os he dado las gracias por todo mil veces pero que creo que os merecíais esta entrada porque sois dos de las personas más maravillosas que existen en mi vida. Os prometo que voy a estar siempre ahí, tanto en lo bueno como en lo malo. 

No se que más decir.... ¡QUE OS QUIERO MUCHÍSIMO! y que sois muy GRANDES.

Un beso, vuestra chicharrera favorita <3

P.D: prometo poneros canciones de pablete todas las veces que queráis este veranito, no veo la hora de que llegue y de pasarlo en grande con mis dos alcalaínas favoritas.





Agradecimientos I


Aquí estoy de nuevo, tras meses de olvido... El problema es que por mucho que me esfuerce, no se como lo hago que solo consigo sacar mi lado creativo cuando los exámenes se acercan... Probablemente tenga tal saturación mental que mi yo interno dice: “¡BASTA YA!” y como consecuencia de esto cojo mi portátil y escribo sin control. 

Así que aquí me tenéis... 13 días para el primer el examen final y yo equipada con mis cascos y mi portátil escribiendo como una loca al ritmo de “Trumpets” de Jason Derulo. Canción a la que soy adicta gracias a una persona muy especial.

Sinceramente, no es que tenga nada que contar pero si hay muchas cosas de las que me apetece hablar...

Ayer estaba con mi chico en el sofá, estábamos hablando mientras veíamos la tele, pero de repente empezamos a discutir como dos niños por algo que había estado a punto de ocurrir pero no había ocurrido, más que una discusión era una batalla por hacerse con la razón, discutíamos acerca de que yo con mi pie había estado a punto de tirar un vaso de agua sobre su portátil (digo a punto porque el vaso cayó pero no mojo el portátil), cosa que yo negaba ya que él, que tenía mis pies sobre sus piernas, tenía sujeto el vaso con la mano, mano que tenía apoyada sobre mi pierna, por lo que el movimiento de mis pies no fue consecuencia de esa caía sino el que él hubiese soltado el vaso, tras esta estúpida conversación, en la que yo por supuesto tenía razón, él me espetó: “¿Te acuerdas cuando estábamos empezando y nos  sentábamos en aquellas escaleras del instituto para besarnos a escondidas?”.

Con esa frase él había ganado la batalla, ahora el vaso, el portátil, el agua... Todo eso daba igual solo deseé durante ese instante volver a vivir aquellos días y mientras lo deseaba me besó y yo supe que en nuestra memoria estábamos volviendo a vivir aquellos maravillosos momentos. 

Y es que detalles como estos son los que hacen que vivir a su lado valga la pena, hacen que me de cuenta de que si no estoy a su lado me muero, aunque se que esto implica vivir lejos de los míos. 

A veces uno por mucho que se esfuerce no logra tener todo lo que quisiera, yo o vivo aquí o vivo allí pero por mucho que me pese no puedo estar en los dos sitios a la vez. En muchas ocasiones deseo que todo pueda ser más fácil, porque vivir lejos de la familia no es fácil, no es fácil porque sabes que el tiempo que no estas con ellos es tiempo que ya has perdido a su lado, que ese tiempo nunca lo vas a poder recuperar y que por mucho que tu, aunque en la distancia, siempre les lleves contigo y ellos a ti consigo, ni tu ni ellos sois tan felices como cuando estáis juntos.

Muchas veces en esta situación te planteas tirar la toalla, mandarlo todo a la mierda y volver con los tuyos. Pero no es tan fácil plantearte esto teniendo aquí a personas que son ya parte de tu familia. 

Por todo esto es tan importante para mi que ÉL me haga ver que yo soy igual de necesaria para él como lo es él para mi y que se acuerde de detalles como estos es sencillamente maravilloso, porque tengo claro que me quiere pero con detalles como este me hace darme cuenta de que nos queremos tanto como aquel 13 de abril del 2012.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Generosidad


Tras un largo y agotador fin de semana de estudio lo único que me apetece es escribir... Aún no se sobre que escribiré hoy, simplemente dejo que mis dedos se deslicen por el teclado de este cálido portátil, casi como si en lugar de escribir yo, estuviese escribiendo mi subconsciente y ahora pienso: “cuidado... que tu subconsciente es algo travieso, controlemos un poco lo que escribo”. Ahora que ya he vuelto en mi, y controlo que decir y que no, me dispondré a hablar... pero ¿De qué? ¿De qué me apetece hablaros hoy?

Hay tantas cosas de las que hablar... pero hoy me siento incapaz de escoger una, quiero hablar sin contar nada y a la vez contarlo todo. No me quiero poner romántica, no es de amor de lo que quiero hablar hoy, se que quiero escribir se que quiero pensar y meditar, pero mi cabeza no se decide... Miles de ideas dan vueltas, pero ¿cuál es la que hoy quiere brotar?

Hoy mi cerebro no esta muy generoso, está aturdido por el estudio y aunque muero de ganas por escribir creo que os hablare pero no os contaré nada... Espera... ya lo tengo... ¿Qué he dicho? ¿Qué mi cerebro no está muy...? ¡Ahí está!

Generosidad, ¿Dónde se esconde esta virtud en estos tiempos de necesidad? El planeta en el que vivimos es cada vez más pobre, el problema es que no solo está empobreciendo económicamente o culturalmente. Nosotros, las personas somos cada día mas egoístas, solo nos importa aquello que envuelve nuestra vida y los demás nos dan igual, nos da igual que mueran miles y miles de personas en África, nos da igual que ese mendigo que está en la calle esté pasando hambre, nos da igual que ese señor que cuenta su trágica historia en el metro nos mire a los ojos y nos pida ayuda, nos da igual porque nosotros simplemente miramos hacia otro lado. 

A menudo nos encontramos con desgracias de este tipo por la calle, pero no dedicamos ni un solo minuto a pensar en ello, levantamos la vista fijamos nuestro objetivo y seguimos caminando, no digo que todos debamos darles una moneda o acogerlos en nuestras casas, solo pienso que deberíamos ser menos egocéntricos, dejar de pensar que lo nuestro es lo peor, lo más horrible que ha sucedido, porque ahí fuera, en el mundo, hay personas pasándolo muy mal. 

Si todos fuésemos más generosos... si todos fuésemos más generosos nada sería como es.

El pilar básico de esta pobreza viene de las manos del poder, de las manos negras que el poder alberga, ellos no son generosos, más bien son avariciosos, por ello roban a su sociedad, a la sociedad que tienen a su cargo esa por la que se supone que “luchan”, en África hay personajes de poder que podrían mantener a medio país con todo aquello que poseen sumado a todo lo que roban. Otro de los pilares de esta situación es la religión, pero no la religión en sí, si no aquellos que representan a la religión, en el cristianismo, por ejemplo, la iglesia, ellos representan unos valores por los que no luchan, hablan de generosidad, si, pero ¿aportan ellos alguna solución a esta terrible situación? 

Tal vez si este planeta estuviera liderado por personas más honradas, con la capacidad de la empatía nada de esto pasaría. 

Pero no solo el poder debería cambiar para solucionar este estropicio, nosotros también tenemos que aprender, aprender que lo nuestro no es lo más importante que hay que pensar en uno mismo tanto como debemos pensar en los demás.

Lo cierto, es que si todos dejáramos el egoísmo de un lado y aportásemos en lo que nos fuese posible a la sociedad, nada sería como es... pero por desgracia creo que mis hijos crecerán en un mundo aún más cruel y duro que el que ya vivimos porque a todos nos parece bien esto de la generosidad... pero a la hora de la verdad ¿Quién piensa en los demás?

lunes, 25 de noviembre de 2013

Tormenta de ideas


¿Qué escribir? ¿Qué escribir cuando tu mente no te deja dormir? ¿Qué escribir cuando no puedes dormir por mil ideas que recorren tu cerebro? ¿Qué escribir cuando tus terminaciones nerviosas están trabajando a mil por hora? Pues tal vez es ese el momento de escribir todo eso que recorre tu cuerpo...

Doy vueltas en la cama, el frío de la habitación me incomoda y el vacío que encuentro en mi cama lo hace todo aún más molesto. Exámenes, notas, canciones, momentos, sentiemientos, pensamientos... todos hablan a la vez en esta inquieta mente, no callan, no puedo dormir y de repente he salido de la cama enfrentandome al frío que fuera de esta me acecha y... ¿Qué hago? enciendo mi ordenador y empiezo a escribir, si... sin duda esto me relaja. 

Mientras escribo esto, escucho una serie de canciones que significan mucho para mi, amores, desamores, sonrisas, llantos... Lejos de casa a veces lo único que te hace sentir en tu hogar es la música, con ella vuelves a vivir lo que viviste y recuerdas quien te hizo sentir así o quien estuvo ahí haciéndote salir de aquello.

Y es en este mismo instante... cuando me doy cuenta que todo esto que cuento es solo para retrasar el tener que analizar mis sentimientos. 

Todo es más fácil, todo es más fácil cuando él esta cerca. Las derrotas, las decepciones, las faltas de afecto, la lejanía de la familia, incluso el dolor es más fácil cuando él está cerca. A su lado estoy a salvo y cuando no esta me planteo tantas cosas... ¿Qué haría sin él? ¿En que fase nos encontramos? ¿Durará para siempre? ¿Formaremos algún día una familia? ¿Cuándo sabré que ha llegado el momento de vivir juntos? Cuando me pregunto esto me doy cuenta de que la respuesta a todas ellas es: TIEMPO, porque solo con el tiempo se verá que pasará.  A la vez caigo en la cuenta de que hay algunos momentos que deberían ser eternos, ya que aunque cada día a su lado es uno más también es uno menos, nacemos para morir y por mucho que estemos juntos tarde o temprano habrá un final y por eso en la vida no existen los finales felices, el comienzo puede ser feliz, el camino puede serlo aún más, pero cuando llega el final... ¿Quién es feliz cuando llega el final? Supongo que la única felicidad que se puede tener cuando llegue ese día será el haberlo recorrido con las personas que querías y haberlo disfrutado todo lo que podías, pero ¿Quién quiere separarse de los suyos? ¿Quién quiere decir adiós?

Yo disfruto mi camino junto a él, pero egoístamente no puedo evitar querer saber que pasará o donde estaremos tal día como hoy a esta hora, tal vez en casa durmiendo juntos tras una dura jornada de trabajo, tal vez cada uno en su casa valorando que nos ha podido pasar... Y se que al pensar en ello estoy dejando de disfrutar de mi camino, unos instantes, pero tal vez yo disfrute imaginando y confiando en que, tal día como hoy, yo voy a estar junto a él, durmiendo sobre su pecho mientras escucho una noche más latir su corazón.

Su corazón... otra idea egoísta vuelve a rondar mi mente, a menudo pienso que si alguno de nuestros corazones tiene que ser el primero en parar quiero que sea el mío, es egoísta aunque algunos lo crean amable, quiero que sea el mío porque no podría soportar el vivir sin su existencia, porque no tendría en quien pensar, porque por tópico que suene se llevaría consigo mi alma pero, si, es egoísta porque si no soy yo la que se queda sola, se quedaría él en esa dichosa situación... Y una vez más volvemos a lo mismo, quiero verle y abrazarle mientras le beso y quiero que ese instante dure para siempre... quiero que se pare el mundo en ese preciso instante. 

Como no puedo vivir sin ti... mi único deseo para esta Navidad es ese infinito instante.